Hilo 'Limpiando un ruso. PabloXX Milpostista Sin verificar. Hola, adelante con buen ánimo. Como todas las cosas todo es ponerse.
También tengo un Htm con el que empezaré mis prácticas de desmontaje y con suerte montaje. Marius Jacob dijo:. Haz clic para expandir MrQueen Habitual Verificad con 2FA.
Nahrein dijo:. Eres mi nuevo dios ¿Cómo compro la gasolina de mechero? El único formato que veo es el bote a presióni de rellenar mecheros, valga la redundancia.
Intentando hacer la prueba de llenar un vaso, he conseguido criogenizarlo y he obtenido solo unas gotas En el estanco la venden. Lo que viene a presión para rellenar mecheros es gas. Busca gasolina Zippo en Google. Me lo has quitado de la boca Por vuestra culpa no hago más que pasar vergüenza: entro en el estanco y hay una chica con una promoción de algo, me pregunta si soy fumador, le digo que no, y se me queda mirando con una cara en plan "y qué haces en el estanco, subnormal".
En fin, churros:. cabanillas Tiene un método Contribuidor de RE. Sin verificar. En fin, churros: Ver el archivos adjunto Yo siempre les contesto que ya no pero me gusta recordarlo. cestommek Antiguos Moderadores Sin verificar. Antiguos Moderadores. Debes iniciar sesión o registrarte para responder aquí.
Compartir: Facebook X Twitter Pinterest WhatsApp Email Compartir Enlace. Arriba Pie. En general, los procesos de formación son para potenciar los objetivos de las organizacio- nes y corresponden a su realidad concreta —producto de los procesos his- tóricos mundiales y de cada país.
La formación busca contribuir al análisis de la realidad en sus aspectos más visibles, así como las dinámicas que no son tan evidentes y que la sustentan. Analizar implica identificar realidades, descubrir relaciones, cuestionar verdades, revisar caminos andados.
Eso in- cluye una mirada a nuestro propio andar, a nuestras dinámicas y a nuestro proceso es general, pues somos conscientes de que también nosotros repro- ducimos las relaciones de poder que buscamos transformar.
Para nosotros y nosotras pensar y actuar están en sintonía. La formación que buscamos tiene un objetivo transformador de y desde las personas, así como una perspectiva transformadora de las organizaciones y las realidades que los co- lectivos y los individuos enfrentan.
Busca aportar a la organización con la vinculación y articulación de más personas y mejorar las he- rramientas organizativas para ganar una opinión más favorable de la sociedad, convocar y potenciar a mujeres y hombres organizados.
Consideramos que la posibilidad de cambio está relacionada con la capacidad analítica, propositiva y transformadora del conocimiento que adquirimos.
Un conocimiento que resulte realmente útil para entender la realidad puede significar para Hijos e Hijas un mejor grado de comprensión y organización, lo cual puede implicar mayor voluntad y capacidad de movilización de otras y otros que en nues- tras propuestas encuentren eco a sus propias inquietudes.
Incluye también la posibilidad de actuar de manera más acertada pues un conocimiento más profundo de la realidad permite identificar el cómo y el qué de la acción. Los procesos de formación en las diversas organizaciones están di- rectamente ligados con el interés de modificar una realidad especí- fica.
Cuando existe mayor actividad coordinada y cuando estamos en coyunturas de movilización es más fértil la formación.
Las or- ganizaciones aprenden más rápido y también de manera más pro- funda si el aprendizaje es en el quehacer cotidiano, y si se alimen- ta con una visión de sistematización y reflexión de la experiencia.
Las perspectivas de formación y educación popular resaltan que se aprende más cuando se forma en la práctica. Cuando las coyunturas de movilización están más quietas la formación es también más len- ta. Es por eso que ligar la formación a la práctica y, sobre todo, ligar la formación en y desde prácticas de movilización antes, durante y después de acciones, permite construir una cultura permanente de formación y organización.
Idealmente, lo que se plantea como formación política en las orga- nizaciones se corresponde con los contenidos y las estrategias de la organización. La formación política de las organizaciones busca la comprensión, la complementación y la implementación de los objetivos políticos.
El entramado de organizaciones populares, movimientos socia- les y expresiones políticas democráticas y de izquierda de nuestro país tiene en sus raíces objetivos, proyectos de país, sueños, necesidades e inte- reses de sectores de la población, gremios, pueblos, territorios y géneros. En nuestra mirada hacia las organizaciones y movimientos aprenderemos con ojos críticos de sus objetivos y sus sueños para ponerlos en diálogo con nuestro movimiento, pues nos reconocemos parte de esas otredades.
Una guía para el proceso de Hescuela son las líneas estratégicas construidas en nuestras últimas reuniones nacionales. En ese sentido, la propuesta de formación ha estado al servicio de esas líneas3. La formación en las organizaciones es un instrumento para sumar volun- tades, cualitativa y cuantitativamente, sumar formas de pensar, actuar y sentir.
Los escenarios que se crean para debatir, compartir, construir colectivamente las posturas y las acciones de las organizaciones buscan además de crecer en número de integrantes, consolidar las capacidades de los ya organizados y fomentar y dar impulso a nuevos liderazgos.
Cuando se orientan de esta manera, los procesos de formación mejoran las con- diciones políticas de las organizaciones, porque cuando existen diversos escenarios como talleres, acciones públicas y eventos para compartir y construir conocimiento, se fortalece el empoderamiento de más compa- ñeros y compañeras del movimiento.
Esta es una manera de lograr mayor participación de las y los integrantes, avanzar hacia horizontes de recono- cimiento de todas y todos y de permitir crear siempre escenarios y espa- cios para la gente que se va integrando. Los procesos de formación en sus momentos de reflexión y evaluación ayudan a identificar los elementos que nos detienen y a mirar críticamen- te las prácticas individuales y colectivas que retrasan los procesos o que los desvían de los objetivos.
Esos momentos también implican identifi- 3 En la reunión nacional de Hijos e Hijas por la Memoria y Contra la Impunidad que tuvo lugar en Bogotá los días 15 y 16 de septiembre de se definieron las siguientes líneas de trabajo: 1.
conflicto, terrorismo de estado y control social; 2. dignificación de la memoria; 3. justicia e impunidad; 4. educación y cultura para la no repetición; 5.
articulación e incidencia. En el V encuentro de Hescuela, que se llevó a cabo en Atánquez, se incluyó una nueva estrategia —negociación del conflicto armado y construcción de paz- y se planteó la impor- tancia de hacer seguimiento a la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras. La formación que buscamos no está dirigida solamente a aprender y construir cosas nuevas, sino también a mejorar con las condiciones que tenemos a mano, con los seres humanos que somos.
El proceso de formación que hemos adelantado ya por varios meses parte de sumar nuevos y mejores esfuerzos, de soñarnos como un mejor movi- miento y reconocer todas las experiencias de las que somos hijos e hijas. Reconocer significa volver a conocer, volver a conocernos y encontrarnos en el rostro de la y el otro, así como recordar significa volver a pasar por el corazón.
Nuestras definiciones, acerca de cómo hacer este camino de for- marnos como movimiento, de cómo llevar o partir desde el proceso forma- tivo hacia la acción y la praxis son: ¿Cómo conectamos nuestro proceso formativo con la acción política concreta?
Pensamiento para la transformación enmarcado en herramientas y prácticas de acción. Los colectivos y orga- nizaciones sociales ubican la educación popular como una herramienta para ganar mayor eficacia en los objetivos y luchas de las organizaciones.
Paulo Freire planteaba que la educación popular es sustantivamente política y adje- tivamente pedagógica. Es decir, la educación popular parte esencialmente de una mirada política y busca que esa mirada sea capaz de conocer la realidad y producir conocimiento de manera que el aprendizaje sea más adecuado a las personas que lo impulsan y a sus realidades, de forma tal que ellos mismos sean sujetos de la transformación.
La educación popular se caracteriza por su concepción y compromiso con las organizaciones populares y los movimientos sociales, con quienes tiene un vínculo orgánico definido en términos políticos. Es un proceso de formación y capacitación dentro de una perspectiva de clase y hace parte de la acción organizada de las masas para construir una sociedad nueva, que satisfaga in- tereses, necesidades y sueños Núñez, En nuestro caso existe además un reconocimiento de otras pertenencias e identidades, como las que tienen que ver con lo territorial, lo étnico y el género, para las cuales consideramos importante la educación popular.
A su vez, el entramado de las experiencias de educación popular ha abonado el terreno en la manera de abordar el proceso educativo mismo, se ha arries- gado en su compromiso político a entablar de manera ordenada los avances, los retos, las limitaciones del mismo proceso y ha buscado reflexionar y crear nuevas propuestas para cada una de ellas.
Según Núñez, la educación popular es un proceso continuo y sistemático que implica momentos de reflexión y es- tudio de la organización en la práctica grupal.
Es la confrontación de la prác- tica sistematizada, con elementos de interpretación e información que llevan a una práctica consciente y a nuevos niveles de comprensión.
La idea de educación popular emerge desde la práctica, por que se aprende en la vivencia y los momentos de reflexión son a partir de ella para la planifica- ción de acciones posteriores. Recono- cemos también la importancia del pensar como acción de cambio, la conexión que existe entre el pensar y el actuar, y la transformación que la acción supone para el pensar y viceversa.
Cuando hablamos de construir un movimiento horizontal nos referimos prin- cipalmente a valorar las experiencias de todas y todos, pensando en validarlas como experiencias colectivas. La educación popular no niega las capacidades y especificidades individuales, pero estas son puestas en marcha y potenciadas en el ejercicio colectivo y en la práctica misma sin buscar eliminar o desconocer lo individual.
Los retos de la construcción de un movimiento social en este caso el de Hijos e Hijas implica construir lógicas de trabajo donde podamos dialogar como iguales y donde a su vez sea el trabajo el que se vuelve condición para que nos hagamos o sintamos parte de la organización.
En su ponencia presentada a Hijos e Hijas para el seminario metodológico, Claudia Korol plantea: En nuestra experiencia, concebimos a la Educación Popular como un momento fundamental de elaboración teórica colectiva.
Si esto funciona así, se vuelve un ca- mino para la constitución de los movimientos populares como sujetos históricos, como intelectuales colectivos, que construyen en el marco de su praxis una reflexión en la que la ideología previa, la teoría acumulada por el movimiento popular, dia- loga con los nuevos desafíos que se presentan en la lucha de clases, en las batallas antipatriarcales y anticoloniales.
En estos procesos políticos pedagógicos, no sólo aspiramos a la integración del movimiento popular como intelectual colectivo, sino como un tipo de intelectual que incorpora en sus análisis diferentes pensamientos que nacen de la diversidad de experiencias que constituyen las batallas emancipa- torias.
Diversidad de saberes, lenguajes y memorias forman el imaginario y la trama de la subjetividad en la que se rehacen una y otra vez las ideas que los seres humanos tienen de sí mismos, de sus vínculos, de sus posibilidades de transformación —o re- producción- de la existencia.
Razón, y también sentimientos, cuerpos, deseos, compro- metidos con la revolución. Korol, Lugares y formas desde las que pensamos la metodología de trabajo en el proceso de formación Las experiencias individuales y colectivas son nuestras primeras herramien- tas para construir las apuestas de trabajo.
La experiencia colectiva es suma de los saberes y a su vez requiere ser potenciada a través de la reflexión y la planificación. Es al mismo tiempo resultado de los encuentros entre las diferencias, de los intersticios y puentes que tendemos entre quienes hace- mos parte de la organización, y de los distintos puntos de vista que anidan en el proceso.
En la idea de construcción de movimiento los escenarios que hemos creado para la formación y generación de pensamiento y acción, vie- nen siendo elaborados para responder a situaciones concretas y parten de las capacidades de los colectivos que conforman el movimiento.
Hasta ahora hemos desarrollado las siguientes actividades y propuestas de trabajo técnicas-herramientas para la generación de pensamiento y ac- ción: a tertulias: son reuniones informales para intercambiar lecturas, re- solver inquietudes, aclarar dudas y delinear rutas de pensamiento y acción.
Tienen la ventaja de sumar diferentes voces y pensamientos reunidos para tratar puntos en común. Tienen la ventaja de prepararnos para situaciones concretas y de sumar conocimientos prácticos; c foros: en ellos se privilegia el intercam- bio de experiencias alrededor de problemas y contextos comunes, orientado hacia la búsqueda conjunta de alternativas para superar los problemas; d paneles: son espacios en los que expertos comparten sus conocimientos so- bre determinados temas, sobre una parte determinada de la problemática o desde distintos enfoques.
El seguimiento de tales objetivos corresponde entonces a los objetivos del proceso de formación y de los resultados de nuestras primeras asambleas y reuniones nacionales. Algunas regiones han desarrollado cátedras y diplomados, como fue el caso de Manizales.
Estas actividades de mediana duración y de mayor sistematicidad de objetivos y contenidos, están pensadas para procesos de formación e inter- cambio de una mayor cobertura de personas y colectivos. Una de las propues- tas del proceso de formación es dar cuenta de todas estas técnicas, ajustarlas y darle vida a las iniciativas locales que aporten a nuestra formación política.
Pensamos que la acción política y pública no debe estar desligada de los esce- narios de formación. Comprendemos el accionar como un proceso de forma- ción permanente, así las asambleas, las movilizaciones, plantones, escraches, batucadas, conciertos y murales son parte de nuestro aprendizaje.
En cada una de estas acciones se construye pensamiento colectivo, se hace práctico y van surgiendo productos y enseñanzas, los procesos de pensamiento y de for- mación son en general para que las acciones públicas sean más efectivas.
La experiencia que Hijos e Hijas por la Memoria y Contra la Impunidad ha tenido hasta hoy privilegia dos escenarios más. Por un lado partimos de lo per- sonal y subjetivo, de nuestras historias de vida, no solo como experiencia com- partida sino como estrategia para hacer más éticas las relaciones sociales y las relaciones con el entorno, y así politizar lo cotidiano.
Por otro lado, partimos de los espacios de encuentro con diversos sectores de población para la cons- trucción de una memoria histórico-política del país. Desde estos dos escena- rios queremos unir reflexión y emoción, y construir una memoria a múltiples voces con sentido político, ético e histórico que articule las experiencias de un pasado violento y un presente que invisibiliza las diferencias, mata, impone el olvido y silencia.
Desde todas las experiencias y actividades de formación que realizamos privi- legiamos la expresión. La comunicación fluida es principio y fin de nuestros objetivos.
La palabra, las narrativas desde los sujetos, desde las y los subalter- nos, expresadas también de maneras no tradicionales o meramente verbales, buscando escuchar y verbalizar los silencios, sus texturas y gramáticas parti- culares.
Esta ruta es producto de reflexiones colectivas sobre nuestras rea- lidades y del intercambio con experiencias de otras organizaciones. Incluye criterios y principios para la aplicación de la metodología y las técnicas de formación en nuestro proceso político de formación.
Los principios son las bases primeras, los orígenes, las razones y los senti- mientos fundantes sobre los cuales vamos a adelantar nuestro proceso de formación. No se trata de un catálogo de órdenes, ni de un estatuto de obli- gatorio cumplimiento. Son una serie de condiciones, de disposiciones, de orientaciones que ayudan a que los objetivos de la Hescuela, la metodología que escogimos, las técnicas que usamos y las acciones públicas que desa- rrollamos, se lleven a cabo de la manera más exitosa, en coherencia con el movimiento.
El proceso de formación debe contar con los siguientes aspectos: informa- ción conocimiento exhaustivo de lo que está pasando, sobre lo que se está pensando , reflexión pensamiento colectivo para procesar la información , decisión deliberación y definición de posturas y tareas y acción llevar a cabo las tareas acordadas.
Principios: a. Aprendemos para la vida: para enfrentarla y solucionar nuestras necesidades. Una for- mación para la vida parte de reconocer cuáles son nuestras condiciones particulares, nuestras necesidades, nuestros deseos. Aprendemos con creatividad: el principio de la Utopía no es solamente el señalado por Galeano cuando dice que ella nos sirve para caminar.
Nos sirve en la medida en que podamos traerla al presente. Todo lo que soñamos lo podemos construir. La creatividad y la rigurosidad son nuestras mejores herramientas. La Hescuela es para producir y crear en distintos niveles y ámbitos, cada escenario de la Hescuela debe generar actividades en la que la reflexión, la interacción con el entorno y la acción tienen lugar.
Aprendemos para liberarnos: partimos de reconocernos parte de múltiples estructuras de dominación, invisibilización y discriminación económicas, culturales, étnicas, de género , las cuales no son externas a nosotros y nosotras, nos atraviesan, contradicen e interpelan per- manentemente.
Los contenidos y valores de lo que enseñemos deben ser liberadores en rela- ción a esas estructuras, en las relaciones cotidianas y en las estructuras de poder.
Aprendemos para cuestionar: la Hescuela es para facilitar la pregunta, la duda y el cues- tionamiento. Aprender para pensar y estructurar una actitud crítica son fundamentales para el cambio.
Aprendemos para problematizar el poder dominante y sus múltiples reproducciones. El trabajo de la Hescuela también debe permitir reflexionar y cuestionar la forma en que cono- cemos y partir de validar desde la realidad lo que sabemos.
Aprendemos para organizarnos: el problema fundamental no es sólo de conocimientos sino de fragmentación de las memorias, de las luchas, de las vidas, por eso la formación debe estar pensada para juntarnos y organizarnos mejor, para ganar en capacidad de trabajo colec- tivo, a manera de proceso en que las diferencias se encuentran.
Nos formamos para potenciar liderazgos y generar mayor participación de los y las integrantes del movimiento. Más allá de diagnósticos sobre las situa- ciones, lo que buscamos es analizar la realidad para ser más atinados al momento de buscar incidir en ella.
Una de las maneras más eficaces de construir dignidad y autonomía es formarse en decir lo que se piensa y hacer lo que se dice. Aprendemos para otros y otras, aprendemos con otras y otros: aprendemos y ense- ñamos para alimentar el altruismo, el compromiso social, la ética por los demás.
Lo hacemos emulando la idea de Minga, de sumar y compartir en integralidad y complementariedad de experiencias y saberes. Aprendemos en la ética de la colaboración, del respeto al conocimiento de los demás, en la ética de la escucha y del fomento a las narrativas diversas.
Aprendemos para reconocernos y encontrarnos en el rostro del otro y la otra. Aprendemos para desaprender: buscamos ganar la capacidad de reconstruir lo que he- mos hecho y en lo que nos hemos formado con un lente crítico para evitar prácticas poco de- mocráticas, riesgos innecesarios o pérdida de tiempo al momento de actuar.
Aprendemos para reconocer las diferencias y a partir de estas potenciar la transformación, reconocer nuestras desigualdades para no reproducirlas.
La formación es para generar procesos de autorreflexión y autocrítica, para sistematizar nuestras experiencias. Aprendemos con sentido ético: aprendemos para desestructurar el mundo injusto en el que vivimos y en esa desestructuración prima un sentido ético construido colectivamente.
Nuestro proceso formativo es una apuesta ética con sentido histórico. Aprendemos para nuevos sentidos y significados en la cultura: aprendemos para in- cluir la diversidad cultural y ejercitar los sentidos; para construir nuevas propuestas estéticas y recrear nuestras apuestas simbólicas y místicas.
Aprendemos para transformarnos nosotras y nosotros mismos: cualquier aprendi- zaje pasa por la transformación personal, la generación de conciencia como individuos en la so- ciedad y las problemáticas que nos cruzan, pero también por las que contribuimos a mantener.
Aprendemos para cambiarnos, pues no puede existir cambio social si este no ha operado en el individuo, y aprendemos para cambiar la sociedad y la cultura y lo que en ellas se mantiene y refuerza la dominación, discriminación y negación de sujetos sociales.
Aprendemos integralmente: aprendemos para construirnos integralmente y abordar como un todo nuestra espiritualidad, racionalidad, emocionalidad y corporalidad. Aprendemos para comunicar a los demás: aprendemos para saber llegar, oír, cono- cer.
Aprendemos para usar lenguajes sencillos y pedagógicos que incluyan lenguaje regional y popular, el uso de analogías, metáforas, parábolas y cuentos.
Aprendemos para incorporar y transformar distintas formas de expresión y narración popular. Aprendemos en el conflicto: aprendemos para comprender, conocer, tramitar, manejar y transformar los conflictos que vivimos a todos los niveles. También para reconocerlos, en la medida en que son una posibilidad para construir desde las diferencias.
Aprendemos para movilizarnos: aprendemos para generar nuevas acciones, para con- vocar nuevas personas y fortalecer voluntades. Si nos formamos mejor en la movilización, la Hescuela es una movilización permanente.
Aprendemos para ser sujetos políticos: nos formamos para constituirnos en sujetos políticos, para ser personas que entendemos y cuestionamos nuestras condiciones de vida, y actuamos con capacidad argumentativa, deliberativa y decisoria.
Hombres y mujeres que ac- tuamos con consecuencia y responsabilidad histórica. De la mano de los principios están los criterios. Un criterio es una base para discernir frente a una decisión.
Hemos identificado que tenemos criterios para la elección de técnicas y actividades de formación. b Generen reflexión y conexión entre teoría y práctica. c Consoliden espacios y mecanismos de toma de decisiones y acciones.
d Contribuyan a formarnos y construirnos como sujetos políticos. e Fomenten la curiosidad e investigación y la apropiación simbólica del pasado.
f Permitan comprender el conflicto y trabajar en medio de los diversos tipos de conflicto que existen. g Contribuyan a compartir y situarnos en experiencias regionales y latinoamericanas. h Erosionen la barrera entre sujeto y objeto, pues todos somos sujetos portadores de cono- cimiento.
i Correspondan a objetivos específicos y resultados concretos. De igual forma, cuando comparamos las experiencias de las organizaciones que nos acompañaron en el Primer Encuentro Metodológico con las nues- tras, definimos una serie de criterios que debemos desaprender, y que inclu- ye técnicas y actividades que no cumplen con nuestros principios y criterios metodológicos.
Estas son: a Las que desconectan la palabra de la acción. b Las que reproducen estructuras jerarquizadas y una formación dogmática. c Las que silencian voces. d Las que plantean universalidades sin tener en cuenta las realidades y contextos específicos.
e Las que profesan verdades absolutas, sujetos acabados y apelan al vanguardismo como fórmula para avanzar en los procesos. Un esfuerzo que siendo pequeño valida todas nuestras ganas de avanzar, de ser, de existir en un mundo con justicia y con una me- moria plural que incluya nuestras historias de vida, y que no descarte la reconstrucción del pasado en sus complejas características.
Hijos e Hijas por la Memoria y contra la Impunidad Proceso de Hescuela Octubre de Referencias citadas Korol, Claudia. Aportes metodológicos para la Hescuela de Hijos e Hijas Colombia.
Ponencia presentada en el Primer Encuentro Metodo- lógico de Hijos e Hijas por la Memoria y contra la Impunidad. Bogotá, julio de Núñez Hurtado, Carlos. Educar para transformar, transformar para educar. Buenos Aires: Editorial Humanitas. Este texto tiene el propósito de realizar un ejercicio de sistematización de la experiencia de Hescuela2, con la finalidad de dar elementos de comprensión del proceso de formación y aprender de él.
Desde su inicio, Hescuela ha tenido como trasfondo un fundamen- to reflexivo que animó a indagar por la apuesta de formación del movimiento y a reconocernos como sujetos de saber. Ello nos ha acercado a la educación popular en nuestra opción por la memoria como motor y herramienta de cambio para las luchas por la vida y la emancipación en nuestro país.
En este sentido, este texto describe el funcionamiento de Hescuela desde un lente analítico y crítico; presenta algunas ideas sobre ciertas estrategias pedagógicas y metodológicas que empleamos; y reflexiona sobre la impor- tancia de pensar de manera permanente la formación y la acción política.
Hescuela: ¿cómo? Para el desarrollo de Hescuela se conformó un equipo de coordinación na- cional, equipos regionales y el equipo nacional del que hacían parte todas y todos los responsables del proceso de Hescuela 3. Esto permitió desarrollar las temáticas propuestas y una pedagogía adecuada para los encuentros na- cionales realizados durante el desarrollo del proceso, así como la construc- ción colectiva de una metodología4.
Los y las participantes del proceso de Hescuela han sido jóvenes, hombres y mujeres de distintas regiones del país que de manera simultánea participan en otras organizaciones y dinámicas sociales y políticas.
Esto ha permitido que en las reuniones regionales y los encuentros nacionales se exprese una gran riqueza de diversidad de orígenes y cultura. A los encuentros nacio- nales de Hescuela han llegado jóvenes provenientes de Barrancabermeja, Bucaramanga, Santa Marta, Taganga, Valledupar, Atánquez, Barranquilla, Manizales, La Esperanza, Bogotá, Sucre, Pasto y Medellín, entre otras ciu- dades.
Su procedencia organizativa es diversa: movimientos de víctimas, organizaciones de derechos humanos, del movimiento estudiantil, de pue- blos ancestrales y originarios, de colectivos artísticos y audiovisuales, de procesos históricos de izquierda y oposición política, de organizaciones comunitarias, barriales, feministas y campesinas, entre otras.
Durante la implementación de Hescuela se promovió como una prioridad articular la participación de integrantes del movimiento que se encontra- ban en el exterior, concretamente en Estados Unidos y México. Para ello 3 A los encuentros nacionales asistimos todos y todas las responsables de Hescuela.
En varias ocasiones asistió una persona más de las regiones o del movimiento. Para organizar el trabajo se efectuaron distintas reuniones en las regiones y por medio virtual. Así, por ejemplo, se promovió un Equipo de Coordinadores Regionales, con los que se avanzaba periódicamente en las tareas propuestas.
De esa manera se sentaron las bases para la construcción de una propuesta que articulará la virtualidad y la presencia física en un mismo espacio, de los integrantes de procesos de formación política y organizativa de Hijos e Hijas.
El sentido de la práctica pedagógica de Hescuela ha sido resultado de la indagación en diversas fuentes, las cuales se consignan en documentos y reflexiones del movimiento5.
Hescuela se pensó al inicio como un proceso de formación a través de ciertos módulos que se fueron modificando de acuerdo a las necesidades del movimiento, y las realidades con las que se contaba en las regiones. Las metodologías propuestas para las sesiones de discusión de los módulos fueron diseñadas en discusión colectiva del Equipo Nacional.
Cada módu- lo contó con uno o dos responsables, con quienes se definió el número de sesiones y la estructura general de la formación. Lo planeado al inicio no siempre se cumplió como se había pensado.
En ese sentido, por ejemplo, algunos módulos tuvieron que desarrollarse en menos sesiones, entre otras cosas por coyunturas específicas como las de movilizaciones y jornadas de protesta estudiantil que modificaron el cro- nograma de las sesiones en Bucaramanga, Valledupar y Bogotá6.
El proceso de implementación de Hescuela implicó un trabajo de construc- ción constante que exigió profundizar en los lineamientos formativos, así como en el diseño y concepción de los encuentros regionales y nacionales. Un reto importante al que nos enfrentamos tuvo que ver con la construc- ción de las guías metodológicas, pues no era suficiente con tener los módu- los el contenido y los fundamentos metodológicos, sino que era urgente tener una pedagogía adecuada para el formarse.
Allí son centrales los aportes de la educación popular como pilar de emancipación crítica contra las memorias impuestas y las estructuras de poder que configuran el presente.
Esto implicó la definición desde el inicio del proceso de funciones claras, las cuales fueron revisadas y modificadas varias veces, dependiendo de las dinámicas del proceso. La preparación de los encuentros formativos regionales y los encuentros na- cionales se llevó a cabo mediante reuniones mensuales.
En ellas se planteó el contenido a desarrollar para cada uno de esos encuentros como espacios de reflexión del proceso sobre aspectos de vital importancia para la Hescuela: la memoria, las estructuras de poder, las luchas sociales y el horizonte como organización.
Todos estos, aspectos fundamentales que permiten el diálogo, el intercambio de experiencias y la formación política. A las distintas actividades regionales y nacionales, se invitaron personas cer- canas al movimiento para participar activamente del desarrollo de las temá- ticas propuestas, y para que generaran entusiasmo, interés y provocación con sus ideas, formas de trabajo, compromiso y reflexiones.
Esta dinámica también nos permitió el acercamiento y encuentro con otras organizaciones sociales, entre otras cosas, como expresión de solidaridad en las regiones. En distintas regiones se establecieron también diálogos con jóvenes algunos parte de organizaciones, otros no.
Desde el inicio, en el Equipo Nacional se valoraron los distintos aportes pro- venientes de los integrantes del movimiento, que surgían de sus recorridos y aprendizajes en procesos sociales y desde distintos campo de conocimiento y disciplinas.
En Hijos e Hijas contamos con conocimientos y sensibilida- des desde lo artístico y lo visual, también con personas que analizan desde las ciencias sociales los fenómenos políticos e históricos y que aportan con miradas críticas desde perspectivas filosóficas, antropológicas, históricas y económicas.
Este prisma de saberes y aprendizajes aporta en la construcción de una propuesta que busca complejizar su acción política, la memoria y la lucha contra la impunidad.
Si miramos nuestro andar, podemos decir que hemos estado en permanente aprendizaje. Esto no significa que el proceso ha sido espontáneo, pues éste ha implicado pensar la formación, desarrollar nuevos escenarios de discu- sión y tener una mirada crítica de nuestras propias dinámicas7.
Por eso siempre se entendió a Hescuela como un espacio para dialogar y producir nuestro saber como movimiento. Ya que entendemos Hescuela y al movimiento como espacios de convergen- cia que apuestan por ser lugares para el reconocernos como sujetos de cono- cimiento, establecer un diálogo entre experiencias, formar lazos y articula- ciones, redes de apoyo y comunicación, optamos por recuperar los saberes de personas que han permanecido en sus luchas cotidianas y que no se han alejado de ellas para construir sus discursos.
De igual manera privilegiamos invitar a quienes están dispuestos a construir con nosotros y nosotras desde un diálogo horizontal.
Las producciones que hicimos durante el proceso, como bitácoras, módulos, sesiones de trabajo, compilados de las memorias de los encuentros nacio- nales9 y las campañas y productos de memoria dan cuenta de la capacidad creadora del movimiento y de las potencialidades que estas producciones de conocimiento tienen para la reflexión y la movilización.
El equipo de coordinación nacional, en diálogo con los y las coordinadoras regionales, ha acompañado la implementación de los módulos en las regio- nes. Las sesiones de los módulos generaron debates, inquietudes, emociones y diversas posiciones de las y los participantes.
Una muestra de ello se dio con la implementación del primer módulo, tenía por objetivo discutir cómo analizar la realidad y efectuar un análisis de coyuntura por nosotros y noso- tras mismas, desde nuestras miradas particulares sobre las violaciones de derechos humanos, el incremento en hostilidades y agresiones a sectores de la oposición política y al pensamiento crítico alternativo En la resolución de conflictos generados entre integrantes de Hescuela, se ha buscado que el escenario de discusión sea colectivo y que más que generar señalamientos y estigmatizaciones, se encuentren posibilidades de construcción y organización para dar una perspectiva alternativa al conflicto que vive el país.
Las temáticas se aborda- ron y modificaron por el equipo de coordinación nacional, previo diálogo con el resto del equipo sobre la conveniencia de mantener y cambiar deter- minados temas.
Se buscó compartir una ruta de conocimiento que permi- tiera tener un horizonte de discusión para quienes participaron. Los módulos que se acordó desarrollar al inicio fueron Herramientas para analizar la realidad; Estructuras de dominación y relaciones de poder; Memoria de las luchas; Justicia para la dignidad, y Procesos organizativos.
Algunas de las es- trategias metodológicas, pedagógicas y de sistematización que se utiliza- ron en el proceso, en los encuentros y sesiones de trabajo fueron: Construcción de archivo: el archivo como lugar posibilita entender la manera como el pasado habita el presente y viceversa y las condiciones de dicha habitabilidad.
Elaboración de historias de vida: la reconstrucción de la vida de una persona es un proceso mediante el cual se conserva su memoria y se le rescata del silencio y de las versiones segmentadas sobre quienes fueron, cómo eran, lo que hacían y pensaban o sobre lo que sufrieron.
Al recordar a la persona no solo como víctima o testigo de un evento, sino como mujer u hombre con rostro, ciertos modos de hacer y ser, con sus pequeñas o grandes acciones 11 Al inicio del proceso estaban pensados los siguientes módulos: a.
Herramientas para analizar la realidad. Estructuras y procesos de dominación. Memoria de las luchas. Justicia para la dignidad. Para responder a la realidad de Colombia en el presente, propusimos el módulo: Comisiones de la Verdad, Justicia Transicional y Memoria.
Realización de entrevistas: la particularidad de una entrevista de construc- ción de memoria histórica es que las preguntas y actitud del entrevistador deben suscitar la evocación de recuerdos, la construcción de un relato de- tallado acerca de ciertos eventos en el pasado, el qué sucedió y cómo, pero además del cómo se sintió y vivió estos eventos, es decir un relato desde la perspectiva y modos de recordar y darle sentido al pasado del entrevistado.
CNRR, Elaboración de cartografías de la memoria o mapas del entorno: el grupo tra- baja sobre un mapa o planilla previamente elaborado de la región o lugar y sobre está ubica huellas y rutas de la violencia lugares con historia o útiles para contar algo , y lugares de resistencia.
Elaboración de bitácoras: la bitácora requiere describir las condiciones en las que se dan los encuentros de Hescuela. Los lugares, la gente, las per- sonas que asisten.
Observamos los testimonios y vidas de personas co- nocidas, intentando comprender la múltiple y rica diversidad de expre- siones de rebeldía y resistencia, los actores participantes, las víctimas, los victimarios, y las luchas y reivindicaciones de los movimientos sociales y las izquierdas localizadas en contextos regionales concretos.
En esas histo- rias de resistencia reconocimos a varios de nuestros padres y madres, nos reconocimos como familiares que tratan de mantener la memoria de sus seres queridos y nos enfrentamos a silencios impuestos que han generado dolor e impunidad en la sociedad.
Con este instrumento buscábamos recoger lo que las y los participantes sentían, pensaban, reflexio- naban, tanto como la ruta particular del proceso. En ese sentido, es de resaltar que las actividades propuestas permitieron a los y las participantes evocar, generar y expresar diversos sentimientos y producir y discutir ideas y conceptos, lo cual con- tribuyó a afianzar la identidad y la autoestima individual y colectiva.
Los espacios colectivos fueron escenarios de alegría y olvido del miedo que propiciaban la felicidad colectiva. Con Hescuela también se generó un es- pacio de fortalecimiento de la actitud crítica de sus integrantes, así como la posibilidad de plantear alternativas al orden actual de cosas.
Fueron im- portantes las reflexiones sobre la justicia, la memoria oficial e impuesta, la memoria que dogmatiza y abandona las vivencias y experiencias de las luchas.
Esto ilustra algunas de las dificultades a las que nos enfrentamos en el proceso de Hescuela, las cuales jugaron un papel importante para su desa- rrollo. Pudimos constatar que para muchos de los jóvenes que se fueron vinculando al proceso era más llamativo participar en actividades conme- morativas o de trabajo en organizaciones sociales, y que les costaba más vincularse al espacio formativo.
Frente a esto, conjugamos la discusión de los módulos con ejercicios prácticos, con acciones de movilización concretas y con las campañas regionales que hicieron parte de la campaña nacional Ríos de Memoria.
Afluentes de Justicia, que incluyeron productos de memoria específicos. Otro aspecto sobre el que es igualmente necesario reflexionar concierne a las dinámicas de las regiones, puesto que las coyunturas y realidades locales tanto como las actividades de organizaciones y procesos de origen ocupan gran parte del tiempo de los integrantes de Hijos e Hijas.
Lo mismo ocurre con sus responsabilidades con la educación formal y el trabajo. Por lo tan- to, actividades de los espacios para la formación dentro del movimiento se llevaron a cabo en tiempos de descanso o al final de las jornadas laborales. Una de las principales enseñanzas del proceso de Hescuela es que la forma- ción debe pensarse en tiempos de duración menor en relación por ejemplo a la implementación de un módulo , y utilizando escenarios virtuales de for- mación.
Por otra parte este proceso nos ha dejado enseñanzas que tiene que ver con los ejes centrales de nuestra práctica política, como son la memoria y la justica. Problematizar las memorias de las luchas, las estructuras de dominación, las relaciones de poder y sus formas de expresión, nos lleva a confrontar la historia de la enseñanza desde la perspectiva hegemónica.
Allí nos encontramos con la educación bancaria. En este tipo de educación se ejerce violencia simbólica al tiempo que se constituye como aparato ideológico de Estado reproductor de las ideologías dominantes, en la que predomina un modelo de educación opresor y do- 13 En Pedagogía del Oprimido, Paulo Freire señala las faltas en el sistema tradicional de educación y su utilidad para los intereses de los opresores.
Contrario a lo que se quiso desarrollar en Hescuela, la práctica pedagógica bancaria sostiene y reproduce las lógicas de poder y se constituye como reproductor de jerarquías y perpetuador de grandes diferencias sociales.
En esa educación bancaria los conocimientos son fijos y están avalados por estructuras de poder que los legitiman como verdad. En nuestro caso, el diálogo de saberes ha permitido aprender de los demás, y reconocer en nosotros mismos y en los otros, sujetos de saber y poder, protagonistas de luchas sociales de transformación.
Hescuela ha sido una práctica donde la subjetividad ha sido reconocida como parte esencial del conocer. En esta perspectiva se ha hecho necesario cuestionar cómo desde la pedagogía establecemos relaciones entre la vida cotidiana, la realidad y la producción de conocimiento.
Para esto se hace necesario transformar las relaciones de poder que por la vida en socie- dad hemos incorporado y se han convertido en formas de pensar, sentir y actuar. Es necesario hacer consciencia sobre esos patrones, para desde allí comenzar a transformarnos para reinventarnos a nosotras y nosotros mismos.
En los encuentros nacionales y regionales también se pasó del cuestiona- miento a la búsqueda de salidas y alternativas. La propuesta pedagógica de Hescuela posibilita que se exprese la necesidad de construir caminos alternativos y nuevas formas de relacionamiento, producción de conocimiento, creación y acción política.
Aquí están sembradas algunas de las semillas, y se han caminado algu- nos de los primeros pasos. Sin duda debemos mantenernos en la senda y avanzar aún más, entre otros aspectos, en la búsqueda de prácticas pe- dagógicas más acordes con los horizontes de construcción política del movimiento.
Es en este sentido que nos pensamos capaces de seguir re- corriendo un camino en los próximos años, que sea al mismo tiempo un aporte situado, desde Hijos e Hijas por la Memoria y contra la Impunidad, Colombia, al pensamiento crítico y pedagógico en los movimientos y lu- chas latinoamericanas.
Et al. Refundamentación, pedagogía y política. Un De- bate abierto. Revista Aportes. Bogotá: Dimensión Educativa. Freire, Paulo. Pedagogía del Oprimido.
Mexico: SXXI Editores. Hijos e Hijos por la Memoria y contra la Impunidad. Memorias de Atán- quez. Documento Interno. Proceso de Hescuela. Jara, Oscar. Para sistematizar experiencias. San José de Costa Rica: Edi- torial Alforja.
Streck, Danilo. Pedagogías de otra manera de convivir. Dialogo con la teo- logía. Documentos de Teología Latinoamericana. Torres, Alfonso.
La sistematización de experiencias educativas: re- flexiones sobre una práctica reciente. Pedagogía y saberes. Bogotá: Uni- versidad Pedagógica Nacional.
Zuloaga, Olga Lucía. Pedagogía e Historia. La historicidad de la pedagogía. La enseñanza un objeto de saber. Bogotá: Universidad de Antioquia, Editorial Anthropos y Siglo de Hombres Editores. Cómo leemos nuestra propia vida depende de nues- tra experiencia, los conocimientos que tenemos hasta hoy, las re- laciones en las que participamos, la agudeza de nuestros sentidos, cómo sentimos y la capacidad de reflexión sobre lo que hacemos y somos.
De igual forma, colectivamente llevamos a cabo ejercicios permanentes de lectura de la realidad que nos circunda y que vi- vimos en colectivo. Desde nuestros objetivos en Hescuela, hacer una permanente lectura de nuestra realidad, reflexionar acerca de cómo conocemos y buscar colectivamente cómo mejorar la mane- ra en que abordamos la planeación y las acciones para desarrollar los objetivos del movimiento, hacen parte de las capacidades a fo- mentar.
Hemos convocado a diversas experiencias y saberes para apoyar- nos en la lectura de las situaciones que nos convocan como pro- yecto colectivo, así hemos conocido y aprendido para preparar nuestras acciones y definir mejor los alcances de lo que hacemos.
Los textos de la segunda parte de este libro son resultado de las discusiones del módulo, en los cuales podemos observar las especificidades regionales.
Sin embargo el propósito de Hescuela y de todos los ejercicios que vamos planteando siguen la idea de ganar, por nosotros y nosotras mismas, la capa- cidad autónoma de generar nuestras propias lecturas colectivas como movi- miento sobre las realidades que nos rodean.
Analizar, acercarse y aprehender críticamente el mundo que nos rodea, per- mite afrontar el contexto de una manera particular, así como ayuda a res- ponder con mayor efectividad a los retos que se presentan en los ámbitos de la vida que nos interesan. Igualmente, partimos de que si reconocemos que hay distintas formas de apropiar y comprender el mundo, acercarnos a ex- periencias amigas, profundizar en el diálogo con ellas y construir escenarios comunes son acciones fundamentales.
Pensamos que es necesario seguir in- dagando desde el conocimiento y las experiencias con las que juntamos es- fuerzos para crear y producir nuevas lecturas que aporten a mejorar la acción y los resultados de la luchas sociales. Es necesario ganar en reflexión de lo existente cuales son las herramientas y los consolidados hasta hoy y abonar camino en lo que aún no se ha logrado consolidar aspectos de la realidad que no hayan sido abordados aún.
En el plano de la acción, las organizaciones colombianas nos hemos venido acostumbrando a responder a eventos precisos, coyunturas y momentos que si bien han permitido acumulados de saber y acción, han limitado también las posibilidades de construcción de procesos políticos y sociales que respon- dan a una lectura crítica de la historia, el presente y las relaciones de poder estructurales, para priorizar momentos o instantes.
De alguna manera, he- mos supeditado el horizonte a la necesidad. Los módulos de Hescuela parten del reto de formarnos, ya no solamente para responder a ciertas coyunturas, sino para pensar, sentir y actuar colectiva- mente de manera más ordenada, con planificaciones de más largo aliento y acciones de mayor duración, premisa que debe ir de la mano de los objetivos del movimiento.
En ese sentido, los módulos de trabajo deben responder a problemáticas o componentes de la realidad que estén en directa relación con las necesidades organizativas, de tal manera que los temas y contenidos no sean impuestos a priori e impartidos de manera vertical, sino definidos en relación con los problemas que enfrentamos y construimos a través de pre- guntas para resolverlos.
De sabernos leer como movimiento, de saber leer la realidad que vivimos y de saber como abordar nuestros objetivos de la mejor manera se trata el proceso que empezamos.
El camino que seguimos fue más o menos el siguiente. Ejercicio 1 Para la Asamblea Nacional que tuvo lugar en realizamos un documento para describir lo que vivimos en cada una de nuestras regiones. A este docu- mento le sumamos un documento regional como parte del trabajo del módulo 1, siguiendo cuatro elementos guía: a.
Terrorismo de estado, conflicto armado y control social. Modelo económico regional. Organización y movilización social en la región, protagonistas de las lu- chas.
Lucha por justicia y contra la impunidad luchas, víctimas, procesos, ca- sos. Frente a este documento, hicimos una re-lectura y una reflexión colectiva acer- ca del método y nos preguntamos: a. Luego de realizado, ¿hemos actualizado o usado el documento para debatir la realidad?
Esta reflexión apunta en dos sentidos que nos permiten iniciar este camino de reflexión del primero módulo. Por un lado, el ponente se refería a que la sociedad en la que vivimos tiene componentes, trazos definidos por la cultura, por los valores, los saberes, por la historia, por las condiciones de vida de los pobla- dores y pobladoras.
Tales componentes hay que entenderlos y conocerlos para transmitir mensajes y generar comunicación con la sociedad. Por otro lado, nos decía que nosotros y nosotras mismas estamos inmersos en las dinámicas de la cultura, que lo que hacemos y lo que somos está en relación directa con esa cultura, con la condición social y histórica de nuestro país, de nuestras regiones, de los colectivos de los que hacemos parte.
Esos dos planos son transversales en el proceso de formación: a conocer la realidad de nuestra sociedad o algunos componentes de ella y b re- flexionar sobre nuestra propia situación y condición en la sociedad o en los componentes específicos a analizar.
Algunas de estas problemáticas que nos rodean pueden abordarse en los módulos siguientes y sólo la reflexión permanente acerca de qué tanto avanzamos en capacidad de lectura y cómo logramos transformar nuestra propia realidad harán que el proceso de for- mación sea o no eficaz.
Existen genéricamente dos ideas fundantes acerca de la realidad, una es- tática y otra dinámica o dialéctica. Las lecturas basadas en pensar que la realidad es estática devienen en análisis paternalistas, asistencialistas y que niegan las posibilidades de acción de los sujetos. Así, la mirada estática 3 Estas cinco líneas son: 1.
Conflicto, terrorismo de estado y control social. Dignificación de la memoria. Justicia e impunidad. Educación y cultura para la no repetición.
Articulación e incidencia. Por el contrario, una mirada dinámica de la realidad la reconoce como una construcción histórica y cultural específica y modificable.
Una idea arraigada en el primer sentido es la impulsada por la institución eclesial, que en su vertiente más conservadora supone que la realidad hay que asumirla con resignación porque es algo ya determinado el deber ser del mundo y que por lo tanto no se puede cambiar.
Esta visión de la realidad es reforzada desde la práctica, la cotidianidad y las instituciones que nos rodean, como la iglesia, la escuela, el estado y la familia. Sin embargo, la historia nos ha demostrado que la realidad es cambiante, no unívoca ni lineal. Por ello, desde las distintas corrientes que piensan la realidad de manera dinámica, ubicamos en ella las siguientes características: a.
Todos los elementos que componen el mundo que nos rodea se relacionan entre sí; ninguno tiene sentido sin el otro y todos los aspectos que se mani- fiestan en un contexto se relacionan. De igual forma lo que hacemos tiene que ver con lo que pensamos y sentimos, aunque muchas veces se entre en contradicción.
A su vez lo que somos y hacemos tiene que ver con nuestra historia. Por eso siempre hacemos todo pensando y sintiendo, siendo in- fluenciados e incidiendo en el contexto que nos rodea. La realidad es múltiple y diversa; son infinitos los elementos que la com- ponen y como tal son diversas las maneras de percibirla.
Cada grupo de per- sonas la interpreta y le da significado según su identidad, su historia y su experiencia. Podemos compartir una experiencia y aún así las interpretacio- nes, significados y la manera en que la vivimos van a ser distintas.
Así, tene- mos por ejemplo, vemos la realidad de manera distinta a como la ven grupos de personas con los que estamos en contradicción porque tenemos intereses de por medio en conflicto. La realidad es cambiante; se mueve constantemente por la interrelación de los elementos que la componen, incluyéndonos.
De aquí la importancia de analizar las contradicciones cuando analizamos la realidad, pues ellas nos indican por donde dirigir los esfuerzos para ser efectivos, para conseguir cambios. Tras cada concepción de la realidad se encuentra una concepción política, en la que se expresan los intereses, las necesidades y las relaciones de poder que reproducimos o que queremos promover.
Existen muchos ejemplos de como una mirada a la realidad expresa intereses de poder o relaciones de poder: Un machista siempre creerá que las mujeres son para la casa y la mater- nidad. Eso expresa una relación de poder y dominación.
La navegación es literalmente "el arte de dominar el barco", pero también se utiliza para "encontrar el camino". El Sistema de Posicionamiento Global (GPS) es En los siglos XVI y XVII, la dominación de la Entonces podríamos abrir un camino hacia el Sur, hasta la orilla del río Hanshui. de novedades, se hizo llevar Si estás molesto conmigo, entonces ve por tu propio camino y espérame en el ferry. ¡En ese momento, enviaré tu antiguo ataúd al bote!" Tal actitud arrogante de